Jamás olvides que te ha tocado hacer el trabajo más importante de todo el planeta... formar nuevas almas.
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Independiente: Lo que todos queremos que nuestros hijos sean, en tanto hagan todo lo que les decimos.
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Diez consejos para ser padres de un adolescente y mantenerse cuerdos
Sin duda alguna, ser padres de adolescentes puede ser frustrante y estresante en sus peores momentos. Pero admitamos que en los mejores resulta estimulante y gratificante. El problema es que la frustración y el estrés parecen predominar por tanto tiempo. ¿Cómo enfrentar pues los años de torbellino entre los 12 y los 20 de modo que al concluir los años de la adolescencia todavía gocemos de nuestra salud mental y de la amistad de quienes nos llevaron al límite de nuestra cordura?
He aquí algunos consejos que leí y que funcionaron en mi hogar:
1. No dudes en poner límites y establecer reglas. Sólo asegúrate de que los límites fijados y las normas establecidas sean razonables y pocas en número.
2. Negocia con tu hijo o hija adolescente. Deja que manifieste lo que quiere, después expresa lo que tú quieres y trata entonces de llegar a un compromiso negociado entre los dos.
3. Trata a tus hijos adolescentes como adultos, pero no esperes siempre de ellos un comportamiento adulto.
4. No los sermonees. Los adolescentes odian ser sermoneados por sus padres y prestan oídos sordos cuando lo hacen.
5. Pon en práctica las tres E más efectivas de la paternidad:
ESCUCHAR - ESCUCHAR - ESCUCHAR.
6. Cuando te equivoques, dí: "Lo siento". Al hacerlo, le estarás enseñando una lección invalorable para manejar las relaciones humanas.
7. Ríe junto a tus hijos adolescentes. La risa ha sido llamada el "pegamento social" debido a que une a quienes la comparten.
8. Jamás emplees el sarcasmo, el ridículo o el menosprecio en tu relación con tus hijos adolescentes. Ellos odian esta clase de comunicación destructiva.
9. No les grites. Una vez pregunté a mis alumnos de secundaria qué era lo que más les desagradaba de sus maestros y sus padres y la respuesta fue unánime: "Los gritos y los sermones."
10. Dí que "No" sin sentir culpa. Decir "no" a tus hijos adolescentes no significa que no los quieres. Por el contrario. Hay que amarlos lo suficiente para decir que "No".
Estos consejos han sido tomados del libro "You're Not Alone" de Michael Moore. Michael Moore es un destacado pedagogo y conferencista internacional sobre el potencial y la motivación humana.
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De delfines, chicos, perros y maridos...
Hace años, siendo joven - más joven - y soltera, visité Sea World (Mundo Marino) en el sud de California. Para quienes nunca hayan visitado un "mundo marino", se trata de un parque acuático lleno de mamíferos marinos y toda clase de criaturas acuáticas que normalmente habitan los océanos. Muchos de ellos están entrenados para realizar espectáculos a los que acude mucho público. El parque está organizado de modo tal que los visitantes pueden pasar el día entero mirando un espectáculo después de otro.
Así fue que me encontraba yo sentada entre esa multitud de espectadores, anticipando el comienzo de un show de delfines que finalmente comenzó como de costumbre. Los entrenadores salieron, se presentaron ante el público unos a otros y también a los animales con los que trabajaban. Como es habitual, aprovecharon la oportunidad para instruir a la audiencia sobre las especies involucradas en el espectáculo en particular. Como parte de su monólogo educativo, incluyeron un relato sobre cómo entrenan a los animales. Seguramente adivinaban que la mayoría de los espectadores nos preguntábamos cómo se las ingeniarían esos seres humanos comparativamente pequeños en relación al tamaño y peso de los mamíferos de cientos de kilos, para lograr que hiciesen lo que ellos querían.
Los entrenadores nos explicaron que en cuando los delfines llegan a Sea World son de inmediato recompensados con comida por cualquier conducta natural que manifiesten que se asemeje al comportamiento que pretenden lograr en relación con el espectáculo. Por ejemplo, cuando los delfines saltan naturalmente fuera del agua, son recompensados. Pronto comienzan a asociar el saltar fuera del agua con los premios y empiezan a efectuar estas pruebas en respuesta a una orden. El siguiente paso consiste en tender una soga a través de la pileta a baja altura. Nuevamente, usando el estímulo positivo, los animales son recomensados cada vez que saltan sobre la soga hasta que comienzan a saltarla en respuesta a una orden. Entonces se eleva gradualmente la soga. Y el proceso continúa hasta lograr que los delfines comienzan a saltar la soga bien alta sobre el nivel del agua, en respuesta a la orden de su entrenador. Mediante este sistema, la conducta premiada se va transformando gradualmente hasta lograr la respuesta a órdenes para ejecutar determinados actos.
Satisfecha nuestra curiosidad y concluidas las presentaciones, se dio comienzo al espectáculo.
Ese día había tres o cuatro delfines participando en el show. Comenzaron nadando a toda velocidad en círculos alrededor de la pileta para finalizar su primera demostración con algunos saltos en alto. En cada salto podíamos apreciar en toda su magnitud sus enormes cuerpos fuera del agua. Era realmente un espectáculo magnífico ¡y esto era sólo el comienzo! Eso creímos al menos. Pronto descubrimos que después de su salto inicial, los delfines no tenían ninguna intención de seguir adelante con la función. Estaban completamente distraídos. Por mucho que los entrenadores se esforzaban, no lograban que los animales hicieran otra prueba. Finalmente, ya desesperados, explicaron a la audiencia que los delfines estaban justo en la época de apareamiento y que estaban más atraídos por otras actividades que no incluían la actuación. Nos dijeron que creían que la única forma de seguir adelante con el show, era hacer ademán de irse. Según nos explicaron, los delfines odian ser ignorados. De modo que lo que esperaban lograr al abandonar el escenario era que los delfines quisieran seguir con su actuación.
En cuanto los entrenadores se alejaron de la vista del público, los animales comenzaron a nadar inquietos alrededor de su encierro acuático. A todas vistas estaban desconcertados y descontentos por haber sido abandonados e ignorados. Transcurridos unos pocos minutos, los entrenadores regresaron y el espectáculo siguió adelante sin otra interrupción.
Ese día comencé a preguntarme si las mismas técnicas no tendrían idéntico resultado si se aplicaban con maridos, chicos y perros. Años después lo pude averiguar.
No me malinterpreten. Mi familia es para mí lo más importante del mundo. Y bien sé por cierto que las personas no son animales. Pero cuando me casé y tuve mi primer hijo, no pude resistir la tentación de probar las técnicas de adiestramiento para delfines con mi propia familia.
¿Y saben qué? ¡Me dió resultado!
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Inteligencia emocional
Hay un test muy simple que se puede hacer con chicos de cuatro años que predecirá su éxito futuro en la vida con mayor exactitud que su coeficiente de inteligencia. Consiste en dejar al niño solo en un cuarto con un caramelo diciéndole que puede comerlo de inmediato o que si puede esperar a que regrese su instructor, tendrá entonces cinco caramelos.
Algunos chicos comen el caramelo de inmediato. Otros deciden esperar. A estos últimos chicos les irá mejor en la vida. En psicología, se llama a esto gratificación demorada y tolerancia a la frustración.
Afirmación: Si un chico puede esperar 20 minutos para comer un caramelo que está a su alcance, yo puedo esperar ____________ para ____________.
Trabajaré sobre mi tolerancia a la frustración de modo de no sólo aprender a esperar, sino también a manejar mis emociones vinculadas a la frustración.
- Limpiaré mi dormitorio antes de mirar la telenovela.
- Cortaré el pasto antes de tenderme a tomar sol.
- Ahorraré $100 por mes para poder pagarme mis vacaciones y no
endeudarme.
- No comeré más helados hasta haber logrado llegar a mi peso ideal.
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Estudios recientes demuestran que cuanto más involucrado está un padre en el cuidado y la educación de sus hijos, mejor es el desempeño de éstos en su capacidad matemática y verbal.